Los trabajadores de la mina San José sienten que "Sandra" es una compañera más en su vida laboral. Y a pesar que tiene nombre de mujer, hay que aclarar que se trata de una perra que se ha transformado en una fiel guardiana del recinto.
Y es que todos los días se encuentra en la barrera conviviendo con los trabajadores de la mina San José que custodian el lugar. Antes era más brava y no dejaba que nadie se acercara al lugar.
Ahora las circunstancias han cambiado y ha aprendido que la convivencia podría ser más cercana con todos, "se ha amansado como dicen".
Hace dos años llegó al campamento, como muchos otros perros. También Sandra tiene su historia, no de amor, pero sí llena de sentimientos.
Cuando llegó estaba en malas condiciones, en soledad y mucho más pequeña. Los trabajadores cuentan que llegó en la tolva de un camión.
Cuando ya estaban en el yacimiento se percataron de que se sentía un ruido extraño. "El pailorista (operador del cargador) iba a tirar el metal, cuando sintió que la perra se quejaba", dijo Javier Abarca uno de los trabajadores.
Los funcionarios del yacimiento quedaron asombrados, porque no sabían cómo había llegado hasta la tolva del camión, pero además tenían lástima por ella porque no estaba en las mejores condiciones.
Estaba desnutrida. Desde ese instante comenzaron los cuidados para que pudiera recuperarse y transformarse en una guardiana fuerte.
Y es que fue una verdadera campaña la recuperación de esta mascota cariñosa. La bautizaron como "Sandra" por una historia que ocurrió en el trabajo.
La primera terapia fue darle comida y colocarle aceite para sacarle el arestín que tenía en su piel, convirtiéndose en la regalona de la mina.
Hoy, la vida de esta perrita podría cambiar. Está bien, comiendo y durmiendo en la barrera del campamento, pero al igual que muchos de los trabajadores, ellos sienten la incertidumbre por lo que podría ocurrir también con ella.
Pero también hay otros animales que se encuentran en el yacimiento San José. Según cuentan no están en la barrera, sino en el interior del yacimiento, por ello su presencia no es tan cercana para los que visitan el lugar.
Según contó Ángel Pinto, trabajador de la mina, hay dos perritas más y otra que es ciega que se están adelgazando. "Estamos preocupadas por ellas, ya que se están flaquitas. Nosotros sentimos la incertidumbre por el futuro de ellas, nos gustaría que encontraran algún dueño que las quiera".
Ya hay algunos interesados en llevarse a la Sandra, pero por ahora lo cierto que ella continúa siendo la guardiana indiscutible del yacimiento y la regalona que se robó el corazón de los mineros.
Fuente: www.diarioatacama.cl
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